La presentación de un libro es un instrumento para dar a conocer una obra, aumentar sus ventas y entrar en contacto con los lectores. Te sugerimos algunas ideas para garantizar que este acto sea un éxito.
Soy un escritor vocacional. En mi afán por escribir, llegué a autopublicar varios libros. Algunos de ellos a través de plataformas de autopublicación de internet y otros, siguiendo el proceso tradicional. Imprimía el libro en una imprenta y me ponía en contacto con algunas librerías de mi ciudad para ponerlo a la venta. He de decir que las presentaciones, si no era el principal, si representaba uno de los canales más importantes de venta del libro. Después de todo, un escritor escribe para que le lean.
Los libros no se venden solos. No es que cuelgues un libro en internet, lo coloques en algunas librerías o lo anuncies en redes sociales y la gente vaya a acudir a comprarlo. Eso funciona muy pocas veces. Si a caso con Pérez Reverte y algún escritor más. El escritor debe llevar a cabo una tarea activa de promoción y venta.
De todos estos trabajos de promoción, las presentaciones son uno de los más importantes. Desde la convocatoria del acto hasta la planificación de los detalles, corren a cargo del escritor. Esto sucede tanto si autopublicas el libro, como si trabajas con una editorial. La editorial no va a hacer gran cosa por ti, a no ser que tenga mucho en juego.
No quiero con este artículo exponer un manual sobre cómo hacer una presentación paso a paso. Probablemente, navegando por internet encuentres tutoriales interesantes sobre el tema. Solo quiero compartir contigo algunas propuestas para organizar un acto cultural de este tipo. Quizás de aquí saques ideas interesantes.
Fíjate objetivos.
Este es el paso previo que lo preside todo. ¿Cómo vas a saber si la presentación ha salido bien o mal, si no comparas los resultados con los objetivos que te has propuesto?
El objetivo final es económico. ¿Cuántos libros te propones vender en el acto? ¿En cuánto dinero se traduce eso? El tema monetario es un asunto que rechina en ciertos ambientes culturales. Pero, como veremos más adelante, en el acto tendrás que hacer una inversión económica. La presentación ha de cubrir los costes, y si es posible, generar beneficios. Esto es lo que animará al escritor a realizar más presentaciones.
El segundo objetivo es la asistencia al acto. Es la base material. ¿Cuántas personas quieres que acudan a la presentación? Este número determina el objetivo financiero. En las presentaciones que realicé, cuando llevaba a gente que me conocía, la relación salía de un libro por asistente. Cuando al acto asistían mayoritariamente personas que no me conocía de nada, el ratio era de un libro por cada cuatro asistentes.
En una presentación también te puedes plantear otros objetivos, que no son menos importantes. Como el de salir en algún medio de comunicación o en algún blog especializado. Esto te permite darte a conocer a un público nuevo.
También te puedes plantear aumentar tu base de contactos. Proponerles a los asistentes que te dejen su e-mail o su teléfono para invitarles a actos posteriores.
Cuida la convocatoria.
Uno de los trabajos más importantes y más duros en la organización de cualquier evento cultural es la convocatoria. Si queremos que la asistencia al acto sea un éxito, la convocatoria debe ser amplia y personalizada.
La editorial Olé Libros propone a sus autores que se preparen un listado para convocar el acto. El listado debe estar dividido en tres categorías: Las personas que te conocen, las personas que podrían ir a la presentación aunque no te conozcan demasiado y las personas que te gustaría que acudieran.
En el primer grupo debes incluir familiares, amigos y lectores fieles. Debe ser el grueso principal del listado. Gente que te conoce y apoya tu trabajo. En el segundo grupo incluiremos personas que están interesados en los temas que tratas, aunque no te conozcan demasiado. Estas personas se pueden extraer de grupos de Facebook o de foros por internet.
Por último, en el último grupo incluiríamos a periodistas especializados, medios de comunicación, blogueros, editores, etc.
El objetivo es que el 60% de los invitados acudan. Por tanto, debemos tener como mínimo un listado con el doble de gente de la que queremos que asistan. De los amigos acudirán un 40%, de los conocidos un 15% y de los desconocidos un 5%.
La convocatoria se ha de realizar de manera individualizada. Utilizando canales como el WhatsApp, el e-mail y si no tenemos otra forma de contactar, la mensajería privada de las redes sociales. Nunca debemos hacer una convocatoria general. Si no, la asistencia al acto está avocada al fracaso.
Para reforzar la convocatoria es interesante explorar los medios audiovisuales. Diseñar un cartel atractivo de la presentación o grabar un video promocional. Le da más prestigio al acto cultural.
Mima a los asistentes.
La presentación del libro no puede ser un acto egocéntrico del autor, ni de su obra. Los asistentes deben sentirse a gusto. Esto va a repercutir en los resultados. Si los presentes salen contentos, probablemente acudan a más actos que los convoquemos y nos comprarán el libro.
En este sentido, una medida interesante es abrir un debate con el público. Después de la presentación, que no debe ser excesivamente extensa, es adecuado abrir un turno abierto de palabra en el que la gente pueda formular preguntas al autor o plantear su opinión sobre los temas tratados.
Otro detalle que contribuye al éxito del acto es ofrecer al público un cáterin, aperitivo o pica-pica. Por lo general, se sirve después de la presentación. Cuando la gente se ha levantado de sus asientos. Esto contribuye a crear un ambiente distendido que ayuda a la consecución de los objetivos. Si lo anunciamos previamente, el cáterin puede ser un argumento secundario de convocatoria. La gente somos así.
Aquí hay un problema. Con todo el trabajo que implica convocar un evento cultural, no vamos a tener tiempo de encargarnos de la comida. Este es un servicio que debemos subcontratar. Las empresas de cáterin son una buena alternativa. Los responsables de La Frolita, una empresa de cáterin de Madrid con 17 años de andadura, nos cuentan que cada vez hay más eventos culturales que contratan los servicios de un catering. Para eso se preparan ofertas específicas.
Recuerdo la presentación de un libro en la que yo participé en su organización y que algunos asistentes se nos quejaron por no ofrecer un aperitivo al finalizar el acto. Después del debate, todo quedó demasiado frío.
Coloca una mesa con libros a la salida de la sala.
Es importante colocar una mesa con libros junto a la puerta de salida y que esta mesa esté atendida en todo momento por una persona que no sea el escritor.
En la mesa, además del libro que se presenta, podemos exponer ejemplares de otros libros del autor o de la editorial. Esto permite que personas que han comprado el libro antes, puedan llevarse otro y aumente la facturación final.
Es importante que la mesa no esté desatendida en ningún momento. La gente suele ojear los libros antes de que empiece el acto y hay asistentes que se marchan antes de que termine. En cualquier momento, una persona puede querer comprar un libro. Además, este punto de venta, por llamarlo así, tiene un efecto llamada. Si los invitados ven que otras personas compran el libro, probablemente hagan lo mismo.
El escritor no puede encargarse de la mesa. Está realizando otras tareas. Va a exponer la presentación y al terminar esta deberá interactuar con los asistentes. Es posible que le reclamen para que firme algún ejemplar.
De la mesa, se puede encargar un trabajador de la editorial u otra persona que hemos contratado para la ocasión. Este pequeño detalle le da empaque al acto. Da la impresión de que es un evento bien organizado.
Cuidar la escenografía.
El Instituto de Gestión Cultural y Artística (I.G.E.C.A.) señala que una presentación cultural es una experiencia inmersiva. En la que el asistente al acto se introduce en el universo de la obra y el autor. Por tanto, hay que cuidar la decoración y organización del espacio para transmitir un mensaje.
Realizar una presentación en una librería, aunque suponga un gasto para el escritor o la editorial, predispone a la gente a conocer. Está en un espacio en el que se encuentra rodeado de libros.
Que el escritor se siente en un sofá para hacer la presentación, frente a su público, imprime una sensación de cercanía. Si el escritor habla sentado sobre un taburete, de una imagen de informalidad en la que tanto él como el público se pueden sentir cómodos.
Es interesante introducir elementos que hagan referencia a puntos importantes del libro. Por ejemplo, si presentamos una novela histórica, decorar la sala con fotografías, cuadros o carteles de la época en la que se desarrolla la acción, sumerge a los asistentes en el contexto.
Cuidar los detalles es lo que va a marcar la diferencia en la presentación del libro.