Existen lugares en los que todo se conjuga de tal manera que siempre resultan ideales para disfrutar de unas vacaciones. Sea en la época estival o incluso en invierno, las temperaturas, acompañan a los viajeros que desean disfrutar de unos días de desconexión y relax. Para encontrar estos lugares idílicos, en los que disponen de todo lo necesario para pasar esos días, no hace falta salir de la península. Las costas españolas cuentan con un sinfín de destinos espectaculares e idílicos para las vacaciones.
Entre todos esos destinos, podemos destacar Denia, en la provincia de Alicante. Un lugar en el que las vacaciones van mucho más allá del mero espectáculo visual que suponen sus maravillosas playas, entre las que podemos destacar la Playa de Les Marines, La Punta del Raset o Les Bovetes. Cuando se acerca la temporada veraniega, Denia, se convierte en uno de los destinos más deseado por veraneantes y turistas. Las temperaturas no superan los treinta grados, haciendo posible el disfrute de todo aquello que la ciudad, ofrece.
No todo es naturaleza, playa y diversión en Denia. En esta impresionante ciudad, es posible encontrarse con una rica cultura y tradición bien arraigada. Lugares que conviene visitar entre chapuzón y chapuzón en sus maravillosas y templadas aguas. Actividades como el senderismo o los innumerables deportes acuáticos, combinados con una excelente y deliciosa gastronomía, convierte a esta pequeña ciudad en el lugar ideal. A la hora de alojarse allí esos días, existen varias opciones como las que hemos encontrado en Romer Playa, una agencia inmobiliaria en la que se puede acceder tanto a viviendas de compra o alquiler e incluso alquileres vacacionales para disfrutar de una estancia en la ciudad sin tener que recurrir a los hoteles. Sin duda, se trata de un destino que cuenta con todo lo necesario para que las vacaciones sean tan completas como inolvidables.
Un sinfín de posibilidades
Como es natural, a la hora de pensar en las ansiadas vacaciones, asaltan las dudas. Sin embargo, cuando hablamos de Denia, es fácil comprender porque sus veraneantes, tienen tan claro el destino. Esta magnífica ciudad, cuenta con una historia de lo más rica, se sabe que fenicios, iberos e incluso griegos, habitaron sus tierras milenios atrás. Esto fue así debido a su estratégica ubicación que motivó a los romanos a conquistarla y convertirla en un punto vital, debido a su puerto. Durante la época musulmana, tuvo otro momento de esplendor, antes de pasar a manos de los cristianos en la reconquista.
Con todo este tránsito de culturas de diferente índole, no es de extrañar que se trate de un lugar en el que es posible, empaparse de historia. En la actualidad, ha pasado a ser un punto estratégico, no para la guerra y el comercio, sino para algo más lúdico como las vacaciones. Naturaleza y arquitectura que perdura y permanece en cada zona de la ciudad. Esto hace que sea el lugar ideal, puesto que, no solo en tiempos remotos se trataba de un enclave estratégico. Este título sigue ostentándolo, debido a que cuenta con una excelente ubicación a la que es posible llegar con suma facilidad en coche o en tren, desde Valencia o Alicante, entre otras ciudades. Desde las Islas Baleares en barco y en avión y autobús desde cualquier otro punto de la geografía española. Cuenta con dos aeropuertos cercanos como el de Alicante- Elche y el de Valencia- Manises.
Ahora que ya sabemos cómo encontrar alojamiento y las diversas maneras de llegar a Denia, podemos hablar de todas esas posibilidades culturales y de ocio que ofrece la ciudad a los visitantes.
Empezando por el clima del que goza, sobre todo en la época estival, con temperaturas que no sobrepasan los treinta y un grados. Esta temperatura tan ideal, permite que sea posible disfrutar de todas las posibilidades que ofrece, al mismo tiempo que facilita la relajación y el disfrute pleno del verano. Que el tiempo sea tan bueno a lo largo de todo el año, especialmente en verano, se debe a su ubicación, una posición geográfica que la proporciona ese clima mediterráneo perseguido, sobre todo por los que vienen del norte.
Se trata de un verano con temperaturas cálidas pero agradables, donde el sol ilumina los increíbles parajes que componen la zona. Es fácil perder la noción del tiempo y distraerse contemplando el mar, la naturaleza o la arquitectura. Así mismo, concede la temperatura adecuada para realizar todo tipo de actividades al aire libre, desde un tranquilo y relajante paseo por la playa, hasta largas caminatas y senderismo a través de las diferentes regiones cercanas. Además de poder degustar su gastronomía propia o visitar lugares llenos de cultura como su espectacular Castillo de Denia, la Torre del Gerro o alguno de los museos disperso por la ciudad.
Un paseo por la playa
Si algo hace que Denia destaque, además del clima y sus agradables temperaturas, son sus playas. Un paseo por las mismas, permite comprobar la riqueza natural de la zona. La playa de Les Marines, ubicada al norte de Denia, cuenta con una arena fina que hace que sean ideales para caminar o, sencillamente tomar el sol. Poseedora de unas limpias y cristalinas aguas, resultan ideales para realizar deportes acuáticos.
Otra de sus maravillosas playas, es la conocida como Les Bovetes que ostentan el reconocimiento de bandera azul, como la mayoría de las playas de la costa de Denia. Esta playa cuenta con accesibilidad para personas con discapacidad, hamacas y sombra para disfrutar del paisaje sin tostarse al sol. En la misma playa, existen instalaciones para practicar futbol o voleibol
En la misma zona norte, se encuentra la Punta del Raset, un lugar de gran belleza, ubicado cerca de la parte urbana. Su arena es bastante fina y el oleaje suave, lo que permite disfrutar de un baño en sus cálidas aguas sin temor a ser arrastrado por la corriente. Otras playas que no se pueden dejar de mencionar son la de Les Arenetes, playa Punta negra o Els Molins.
Unas buenas vacaciones no solo tienen que contar con arena, playa y sol. La riqueza histórica y cultural, no puede faltar para cultivar las mentes más inquietas. No está de más aprender del pasado de cada ciudad y conocer su historia. Denia no es una excepción y cuenta con una riqueza cultural e histórica que merece la pena conocer. Para ello, solo es necesario adentrarse en su impresionante castillo. Esta emblemática estructura, se construyó durante el periodo árabe que vivió la zona. Entre los siglos XI y XII, fue construida en una ubicación privilegiada y elevada, con objeto de protegerse del enemigo, al tiempo que ofrecía unas maravillosas vistas. De las cuales hoy pueden aprovecharse los turistas. En el mismo castillo, es posible visitar el Museo Arqueológico que anima a conocer algo más sobre la historia de la ciudad. Como colofón, dentro del castillo, existe un túnel de paso permitido para los visitantes y que no deja a nadie indiferente.
El casco antiguo de Les Roques, cuanta con unas cuantas edificaciones cargadas de historia, que permiten a los turistas adentrarse más si cabe, en la cultura de la ciudad. La Torre del Gerro, constituye otra interesante obra arquitectónica que conviene visitar.
Después de tanto pasear y cultivar la menta, darse un baño en sus aguas templadas y disfrutar de la naturaleza, no queda nada más que disfrutar de su excelente gastronomía. Cabe señalar en este punto que Denia, cuenta con la mención Ciudad Creativa de la Gastronomía por la Unesco desde diciembre del año dos mil quince. Hace ya una década que, los protagonistas de su gastronomía son el mar, los arroces y los productos de la huerta valenciana.
Son más de cuatrocientos los restaurantes de la ciudad y todos y cada uno de ellos, cuentan con una excelente propuesta culinaria. Tanto en pleno centro como en el casco antiguo, en el puerto, la playa o la montaña, existe un lugar ideal para degustar cualquiera de sus platos.
Uno de sus sellos culinarios no es otro que la gamba de Denia, conocida a nivel mundial, es posible degustarla en sus mejores restaurantes. Su elaboración no tiene mayor misterio que ser servidas a la plancha o cocidas en agua del mar. Aun así, se trata de una exquisitez que no hay que dejar de probar. En la misma línea, los erizos de mar que deben degustarse debido a su puro sabor a mar.
Otra de sus especialidades culinarias es el pulpo seco. Su secreto es dejar secar el pulpo tendido al aire libre durante el tiempo necesario. Después de seco, se cocina a la plancha, se añade sal y un buen aceite de oliva.
Dejando el marisco y los productos del mar a un lado, pasamos a las deliciosas cocas. Estas delicatesen culinarias son redondas, con una masa esponjosa horneada, están disponibles en muchos sabores, siendo la más típica la de anchoa, tomacat o guisantes con cebolla.
Por supuesto no puedes pasar sin degustar sus arroces (a banda, paella o caldoso, con bacalao…), fideguas, las croquetas de bacalao o el espencat. Para culminar la degustación, un dulce como las cocas de Llanda o la Tarta de calabaza con chocolate.