Los podólogos son profesionales sanitarios titulados. Con una formación universitaria como la tienen las enfermeras, los médicos, los odontólogos y los fisioterapeutas. Su función es la del cuidado de los pies. Un detalle que denota lo importante que es esta parte del cuerpo.
Hace unos años, el programa televisivo de investigación “En el Punto de Mira”, emitido por el canal Cuatro, dedicó un capítulo a este asunto. En la emisión se evidenciaba como algunos centros de estética que prestan servicios de pedicura, realizaban tareas de cuidado de los pies como la eliminación de callos. Lo hacían sin un conocimiento detallado de la anatomía del pie y sin tener el instrumental desinfectado.
Aunque desde hace años está prohibido el oficio de callista, para el cual no se requería ninguna titulación oficial, en el programa salió como algunas personas prestaban servicios al público con esta denominación sin ofrecer garantía sanitaria alguna.
En el programa apareció un paciente de La Coruña que fue tratado por un falso podólogo que le terminó causando una enfermedad grave en los pies, que en ese momento, solo se podía tratar en clínicas privadas de California. El falso podólogo fue denunciado por intrusismo profesional y el usuario damnificado, que apenas podía andar, se hallaba envuelto en pleitos legales para exigirle una indemnización por el daño causado.
El cuidado de los pies no es un asunto venial. Los podólogos de Icoa, una clínica sanitaria multidisciplinar con sede en las Rozas y en Madrid capital, opinan que la podología es un servicio de importancia superior. El cuidado de los pies afecta a nuestra calidad de vida. Un tratamiento inapropiado de las dolencias en el pie puede acarrearnos más problemas de los que se pretende solucionar.
Las enfermedades más habituales en los pies.
Las enfermedades que se padecen en los pies son molestas y pueden llegar a ser limitantes. Obstaculizándonos para realizar actividades normales de nuestra vida como caminar o estar demasiado tiempo de pie. La revista Medical News Today indica que estas son las 10 enfermedades más comunes:
- Pie de atleta. Esta es una infección causada por un hongo que empieza alojándose en los dedos de los pies, pero que puede llegar a extenderse a las uñas y a la planta del pie. El hongo sobrevive en espacios húmedos como son las piscinas o los vestuarios de los gimnasios. Produce un picazón intenso y puede llegar a causar dolor. Es una enfermedad altamente contagiosa.
- Los juanetes. Es una protuberancia que surge en la articulación del dedo gordo del pie que hace que el pie se deforme y que los dedos se desvíen hacia el exterior. Cuando el juanete se desarrolla llega a ser bastante doloroso. Hasta el punto que cualquier roce con la zona afectada produce dolor. Dificultando que el afectado se pueda poner cualquier tipo de zapato.
- Pie diabético. También conocido como Neuropatía Diabética, son una serie de dolencias y anomalías que se sufren en los pies causados por las fluctuaciones de los niveles de azúcar en sangre. Entre sus síntomas más habituales están el dolor de pies, el entumecimiento y el hormigueo. El enfermo llega a perder la sensibilidad en la planta de los pies, lo que lo hace más proclive a sufrir cortes y lesiones en esta parte del cuerpo.
- Uñas encarnadas. Aparecen cuando las uñas de los pies empiezan a crecer hacia el borde, clavándose en la carne del pie. Son dolorosas y pueden ser una fuente de infección.
- Fascitis plantar. Esta es una inflamación que afecta al tendón que une el talón con la almohadilla metatarsiana. El arco que sujeta toda la base del pie. Causa dolor intenso solo con apoyar el pie en el suelo.
- Ampollas en el pie. Esta es una dolencia moderada, bastante habitual, que si no se trata adecuadamente, puede causar infección. Se trata de bultos que contienen líquido y que aparecen en la base de los dedos o en la planta del pie por caminar o correr durante largos periodos de tiempo, con calzado inadecuado y los pies sudorosos.
- Callos. Nos detendremos más a delante a tratar esta dolencia tan frecuente, pero lo que sí podemos adelantar es que pueden ser causados por juanetes, por tener los pies planos o con el arco demasiado pronunciado, por dedos de los pies agarrotados (pie de garra) o por el uso de calzado inapropiado.
- Espolón en el talón. Esta anomalía consiste en un crecimiento anormal del hueso del talón que hace que se desarrolle hacia el exterior, produciendo presión y desgarramiento en los músculos y tendones que lo rodean.
- Pie de garra. Ocurre cuando la primera articulación del dedo del pie apunta hacia arriba y la segunda hacia abajo. Esta afección puede ser genética y venir de nacimiento, o aparecer en un momento determinado de la vida de la persona. Normalmente, no es molesta, pero en ocasiones puede llegar a ser dolorosa.
- Hematoma por cálculos. Aparece en la almohadilla metatarsiana y suele causar dolor ocasional agudo como si se tuviera una piedra dentro del zapato. Puede llegar a agravarse con el tiempo y también puede ser indicador de la existencia de una afección subyacente más grave.
Los efectos sobre la salud y la calidad de vida de las enfermedades en los pies.
Como venimos diciendo a lo largo del artículo, las dolencias en los pies afectan a nuestra vida diaria. Estos son algunos de sus efectos más destacados:
- Dolor crónico. Estas dolencias generan un dolor constante que afecta a actividades diarias como caminar o estar de pie, reduciendo significativamente la calidad de vida.
- Limitación en la movilidad. Los problemas en los pies dificultan el movimiento, reduciendo la capacidad de realizar ejercicio o tareas físicas tan sencillas como salir a pasear por la calle, lo que puede conducirnos a llevar a un estilo de vida sedentario.
- Alteración en la postura. El dolor y las molestias en los pies nos obligan a cambiar la forma de caminar, lo que puede desalinear la postura y afectar otras partes del cuerpo como la espalda, la columna vertebral, las caderas y las rodillas.
- Lesiones en las articulaciones. Las personas con dolores en los pies adoptan una marcha alterada que aumenta la carga en las articulaciones superiores, lo que podría derivar en problemas en rodillas, caderas e incluso en la columna vertebral.
- Desarrollo de problemas musculares. Las compensaciones al caminar debido a los dolores en los pies pueden causar tensiones musculares en las piernas, los glúteos y en la parte baja de la espalda.
- Aumento de la fatiga. La dificultad para moverse correctamente exige un esfuerzo adicional para caminar, lo que genera cansancio extremo, incluso sin realizar mucho ejercicio físico.
- Impacto emocional. La incomodidad crónica puede llevarnos a vivir episodios de ansiedad o depresión, especialmente si el dolor limita la capacidad de disfrutar actividades sociales y de ocio.
- Problemas con el calzado. Esta es una constante en las personas que sufren dolencias en los pies. Afecciones como los juanetes o los callos dificultan el uso de zapatos convencionales, lo que puede ser una limitación tanto funcional como estética.
- Riesgo de lesiones adicionales. Las personas con enfermedades en los pies tienen más probabilidades de sufrir tropiezos, caídas y torceduras debido a una marcha inestable.
- Agravamiento de condiciones médicas preexistentes. En pacientes con diabetes o problemas circulatorios, las enfermedades en los pies pueden complicar el control de su salud general, aumentando el riesgo de infecciones y úlceras.
¿Por qué se producen los callos en los pies?
Una de las dolencias más habituales que nos llevan a visitar al podólogo es la existencia de callos en los pies. Sobre todo cuando son dolorosos y no hemos conseguido extirparlo con otros métodos, como apósitos de farmacia.
El blog Cinfa Salud indica que los callos, ojos de gallo, clavos y hemalomas son un mecanismo de defensa de la piel cuando se ejerce demasiada presión sobre ella. La piel actúa así para evitar que aparezcan dolencias como las ampollas.
Los callos son dolorosos cuando se palpan o se presiona. Se forman, principalmente, por el uso de calzado inapropiado. Zapatos que ejercen una presión desmedida sobre determinada parte del pie, ya sea porque son de horma estrecha o porque son demasiado rígidos y no se adaptan a la forma del pie.
Las alteraciones de la marcha, que hacen que efectuemos una pisada inadecuada, también pueden causar la aparición de callos, ya que ejercemos presión sobre una parte concreta de la planta, en lugar de repartir el peso por todo el pie.
Determinadas afecciones como los juanetes, el espolón, los pies planos o el pie cavo suelen generar la aparición de callos.
Es importante saber diferenciar los callos de otras afecciones que pueden resultar parecidas, como las durezas y las verrugas plantares. Así como tratarlos de manera adecuada y con el instrumental preciso. Algo que solo puede hacer alguien con una formación de podólogo.
No olvides que para evitar complicaciones, no puedes dejar la salud de tus pies en manos de cualquiera.