La idea de que los tratamientos dentales avanzados son solo para jóvenes está bastante desfasada. Hoy en día, cada vez más personas mayores deciden cuidar su boca con la misma atención que cualquier otra parte de su salud. Y eso tiene mucho sentido: mantener dientes firmes y una mordida correcta no solo se nota en la estética, también influye en la forma en la que comes, hablas y te relacionas.
Si estás en la tercera edad o tienes cerca a alguien que lo esté, seguro te has preguntado si merece la pena hacerse ortodoncia o incluso colocarse implantes dentales. La respuesta no es tan simple como un sí o un no, porque cada caso es distinto. Lo que sí está claro es que la edad por sí sola no debería ser un obstáculo.
¿La ortodoncia en la tercera edad es posible?
Sí, y mucho más de lo que imaginas. Antes se pensaba que mover dientes era exclusivo de niños y adolescentes porque su boca todavía estaba en desarrollo. Hoy sabemos que no importa la edad: mientras las encías y el hueso estén en buen estado, los dientes pueden desplazarse con ayuda de un tratamiento de ortodoncia.
Los aparatos actuales son más discretos y cómodos que los de hace unas décadas. Por ejemplo, hay brackets de cerámica o alineadores transparentes que apenas se notan. Esto facilita que un adulto mayor se anime sin preocuparse demasiado por lo estético.
La principal condición para empezar es que las encías estén sanas y no haya enfermedad periodontal activa. Si existe pérdida de hueso avanzada o movilidad severa de los dientes, probablemente no se recomiende. En ese caso, se valoran primero otros tratamientos antes de pensar en ortodoncia.
Los beneficios son claros: mejora la mordida, se reparte mejor la fuerza al masticar y disminuye el desgaste irregular. También se facilita la higiene, porque unos dientes bien alineados son más fáciles de limpiar.
Implantes dentales a edades avanzadas
La pérdida de dientes es frecuente en personas mayores, y los implantes se han convertido en una solución muy efectiva. Un implante funciona como una raíz artificial que se coloca en el hueso y sostiene una prótesis fija. La gran ventaja es que no depende de los dientes vecinos, a diferencia de los puentes tradicionales.
Muchas personas creen que la edad avanzada es un impedimento, pero no lo es. Lo importante es que haya una buena base ósea y un estado de salud general que permita una intervención segura.
Los precios de los implantes suelen variar entre 800 y 1200 euros por pieza, dependiendo del tipo de prótesis y la clínica. Aunque es una inversión, hay que pensar que puede durar toda la vida si se cuida bien, lo que a la larga resulta más práctico que una prótesis removible que se desgasta o incomoda.
Casos en los que no se recomiendan los implantes
Que un paciente mayor quiera colocarse implantes dentales no significa que siempre sea posible. La edad en sí misma no es el problema, lo que realmente marca la diferencia es el estado de salud general y cómo está el hueso maxilar que debe sostener el implante. Hay situaciones en las que lo mejor es descartar esta opción porque las probabilidades de complicaciones superan a los beneficios.
Diabetes no controlada y problemas cardíacos graves
La diabetes por sí sola no impide llevar implantes. De hecho, muchos pacientes diabéticos pueden hacerlo sin problema si sus niveles de glucosa están bien regulados. El problema aparece cuando la enfermedad está mal controlada, porque afecta directamente a la capacidad del cuerpo para cicatrizar. Esto significa que el hueso y la encía pueden tardar más en recuperarse y el implante podría no integrarse como debería.
En el caso de los problemas cardíacos graves, el riesgo está en la cirugía en sí. Aunque colocar un implante es una intervención menor, siempre requiere anestesia local y puede generar cierto estrés en el organismo. Si el corazón no está en condiciones óptimas, este esfuerzo puede convertirse en un peligro. Por eso, en pacientes con enfermedades cardiovasculares avanzadas se recomienda extremar la precaución o directamente buscar alternativas.
Radioterapia en la mandíbula
Las personas que han recibido radioterapia en la zona maxilar o mandibular también presentan un riesgo elevado. La radiación debilita el hueso y reduce su capacidad de regenerarse. Esto puede dar lugar a una complicación conocida como osteorradionecrosis, que es una lesión grave donde el hueso no cicatriza bien. En estos casos, los implantes suelen descartarse para evitar que la cirugía dañe aún más el tejido óseo.
Medicamentos que afectan al hueso
Hay fármacos que influyen de manera directa en la salud de los huesos. Un ejemplo claro son los bifosfonatos, que se utilizan para tratar la osteoporosis. Estos medicamentos pueden alterar el proceso de remodelación ósea, es decir, la capacidad natural del hueso de renovarse y adaptarse. Si una persona que los toma se somete a una cirugía de implantes, existe riesgo de que el hueso no cicatrice correctamente o incluso de que se produzcan necrosis.
Evaluación caso por caso
Más allá de estas situaciones específicas, es importante entender que la colocación de implantes en adultos mayores requiere siempre una revisión exhaustiva. El dentista no solo evalúa la boca, también necesita conocer el historial médico completo, los medicamentos que se están tomando y el estado de salud general.
Beneficios concretos de estos tratamientos en adultos mayores
Los tratamientos de ortodoncia e implantes no son solo para mejorar la apariencia. En realidad, sus beneficios se notan directamente en la calidad de vida:
- Masticar mejor: con dientes alineados o implantes firmes, la digestión empieza de manera más adecuada y se pueden comer alimentos que antes resultaban difíciles.
- Hablar con claridad: la falta de dientes o una mordida irregular puede alterar la pronunciación. Corregirlo devuelve seguridad al hablar.
- Confianza al sonreír: no es un tema superficial; sentirse cómodo con la sonrisa ayuda a tener una vida social más activa.
- Prevención de problemas futuros: un diente mal posicionado puede provocar desgastes, dolores de mandíbula y hasta pérdida prematura de otras piezas.
Una tendencia en auge
Algunas clínicas han observado este cambio de tendencia. En la clínica dental Cooldent, por ejemplo, comentan que cada vez son más los ancianos que deciden colocarse implantes dentales. Según ellos, la razón principal es que las prótesis removibles suelen dar molestias con el paso del tiempo: se mueven, generan heridas en las encías y limitan lo que puedes comer. Los implantes, en cambio, devuelven la sensación de tener dientes naturales y hacen que la persona disfrute más de las comidas y de la vida social.
El tiempo de tratamiento: ¿es más largo en los mayores?
En general, el tiempo de ortodoncia en adultos puede ser algo más prolongado que en jóvenes, porque los movimientos dentales son más lentos. Sin embargo, los resultados llegan igual. En promedio, un tratamiento de ortodoncia en un adulto mayor puede durar entre 18 y 30 meses.
En cuanto a los implantes, el proceso depende de la calidad del hueso. En algunos casos se necesita injerto previo o técnicas de regeneración, lo que añade unos meses al tratamiento. Aun así, muchos pacientes mayores consiguen disfrutar de sus implantes en menos de un año.
Costes a tener en cuenta
Un aspecto clave es el coste. La ortodoncia en adultos tiene precios que varían entre 2500 y 5000 euros, dependiendo del tipo de aparato y la duración del tratamiento. En el caso de los implantes, como ya mencioné, cada pieza puede rondar entre 800 y 1200 euros.
Aunque pueda parecer una inversión alta, hay que compararlo con lo que se gana: masticar bien, evitar problemas digestivos, tener menos dolores de mandíbula y no depender de prótesis incómodas. Para muchos pacientes, la mejora en la calidad de vida compensa el gasto.
La importancia del cuidado posterior
Ni la ortodoncia ni los implantes son tratamientos que se terminan y ya. Requieren cuidados de por vida:
- Higiene bucal estricta, con cepillo y seda dental.
- Revisiones periódicas en la clínica.
- Evitar hábitos dañinos como fumar, que aumenta el riesgo de complicaciones.
En el caso de la ortodoncia, una vez finalizado el tratamiento se coloca un retenedor que debe usarse según indique el especialista. Con los implantes, lo importante es mantener encías y hueso sanos para que duren muchos años.
Un cambio de mentalidad en la tercera edad
Lo que más llama la atención es el cambio de actitud. Antes, muchos pensaban que al llegar a la vejez ya no valía la pena invertir en tratamientos dentales de este tipo. Hoy la perspectiva es otra: vivir más años significa querer disfrutar de ellos con comodidad, y eso incluye tener una boca sana.
Cada vez es más normal ver a adultos mayores que buscan mejorar su sonrisa y su capacidad de masticar. No lo hacen solo por estética, sino por salud y bienestar. Y ahí, tanto la ortodoncia como los implantes tienen un papel importante.
Cuidar la boca siempre es una buena idea
Te encuentres en la época de tu vida que te encuentres, no descartes estos tratamientos por el simple hecho de la edad. Lo importante es la salud general y el estado de la boca. Con una buena valoración, muchos mayores descubren que sí pueden hacerse ortodoncia o colocarse implantes y que eso cambia radicalmente su día a día.
La tercera edad ya no es una etapa para resignarse a las limitaciones, y la odontología actual lo está demostrando.